No me mires, por primera vez no tengo deseos de llamar tu atención, me siento cansada de ser un objeto sexual a tu vista morbosa y pervertida; no me hables, tus palabras sólo logran irritar mi sencibilidad femenina, que en estos días la llevo más a flor de piel, lo mejor será que permanezcas calladito cerca de aquel rincón lleno de polvo donde guardas tus secretos; no me escuches, eso será lo mejor, sólo digo estúpideces impulsadas por un extraño deseo de llenar este espacio silencioso con mi voz que se siente inútil de otro modo. Aunque lo más idóneo sería que olvidaras todo lo que aquí ha pasado hoy y volvamos a ser como todos los días, sólo personas.
1 comentario:
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