Nunca he comenzado a escribir con nunca. Jamáz se me había ocurrido. En algún lado escuché, o leí, que era de mala suerte,mas ahora dudo de la existencia de ésta: Suerte ¿Qué es la suerte sino un vulgar azar? No me gusta, no me convence el creer que todo se rige por algo azaroso, sin motivo alguno, de ese modo no hay diversión.
El laberntito coloreadod el destino captura a mi pequeño cuerpecillo con alma. En el destino camino y me dentengo, veo pasar las ocas, las situaciones, personas, amaneceres, luego camino, camino, camino, me detengo, existo y decido qué camino tomar, mas no como he de terminar, eso es un misterio. El misterio es interesante y divertido, por eso me gusta más el destino que el azar, por eso no temo comenzar como nunca he comenzado con un Nunca; y así lo hago.
Nunca he dejado de creer que siempre termino convenciendome de hacer completamnete lo contrario de lo que en un inicio me convencía a hacer. Lo que me lleva a pensar que soy más fuerte que yo misma, pero esto es así, entonces yo no soy yo o soy dos personas. Si de algo estoy segura es que yo soy yo sin ninguna duda, por lo tanto soy dos personas ¡Curiosa dualidad! Quisiera verme y poder conversar conmigo ¡Esa sí sería una buena plática! Serían puros temas que me interesan. Pero si yo me convenzo de no hacer la cosas que en un primer momento quería, entonces yo no estoy del todo de acuerdo conmigo, quizá yo sea difernte de mí, de ser así terminaría peleada conmigo tal vez hasta el punto de ser mi peor enemiga. No... eso no puede ser, no debe ser. Pero eso tiene una fácil solución: No hablaré conmigo, pues no me interesa, después de habermelo pensado me doy cuenta de que no serviria de nada, sería interesante, sin duda sería interesante, pero inúti y no me gusta lo inútil. Así que no lo haré.
Y heme aquí retractándome de nuevo de mis deseos.
