Hoy sólo le pedí a la atmósfera lo mismo de siempre. Y como siempre dijo que no.
Pero no me importó. Seguí... y encontré lo que buscaba. Fue un detalle pequeño, imperseptible y casi insignificante, mas lo suficientemente importante para crear con su oxímoron una efímera sonrisa de nácar amarillento sabor a café. Y con la estela de cafeína que queda en mí escribo estas palabras insulsas, sin sentido, pero satisfechas de haber sido.
3 comentarios:
oye que buenas letras!!
deabloo
Saludos Dulci, te extraño, ve a Gaúchos a comer !
hola
apenas me va diciendo mi mamá que te vio,,,es cierto?
jaj bueno ya no te volví a ver por aquí........saludos
me gustó tu blog,,
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